martes, 5 de agosto de 2008

EL ENSUEÑO REALISTA DE UN CIUDADANO

Toda persona razonable debe recordar que son dos las maneras y dos las causas por las cuales se ofuscan los ojos: al pasar de la luz a la tiniebla y al pasar de la tiniebla a la luz.

El ojo humano percibe hasta los detalles más insignificantes, la vista es pícara y más aún cuando se nos entrecruzan las bellezas anatómicas de la costa; otros ojos simplemetnte son observadores de la estética, el arte y la cultura; mientras tanto, algunos detienen su mirar en el comportamiento social; y, por ahí unos con la vista un poco empañada y cansada creen ver imponentes obras que su gobernante todavía no justifica.

Para evitar caer en prejuicios y en afirmaciones tajantes, prefiero imaginar que todo está bien, si pienso así y le hago creer a los demás lo mismo, todos seremos felices viendo lo que queremos ver, no nos preocuparemos por lo que dice, hace o piensa el otro, puesto que todo está bien. Para qué abrir tan grande los ojos si todo marcha excelente.

Cuando sueño a Pinotepa con todos sus habitantes viviendo en unidad y solidaridad, donde la envidia y el odio no existen y el buen acceso a las colonias con sus calles pavimentadas, es difícil querer despertar. Lo que me entusiasma es pensar que algún día exista un gobernante que atienda, escuche y resuelva los problemas de los indígenas y que sea incluyente de los afrodescendientes, un político que prometa y cumpla, un presbítero célibe que haga obras de caridad y respete la mujer de su prójimo, un empresario que respeta la ley y otorgue prestaciones a sus trabajadores, un sector que por fin supere las paupérrimas condiciones de vida.

La Pobreza no se ve, se siente y, cuándo algunos percibimos la carga que llevamos en nuestros hombros preferimos soñar con riquezas y vanidades egocéntricas, pero otros más indignados y cansados de las injusticias, las falacias y la demagogia politiquera advierten exaltar su espíritu revolucionario en oposición a las glorias del tirano y opresor que ya ha lastimado demasiado al estrato olvidado.

Oh, vano sueño y pensamiento erróneo, la ilusión platónica que transpiro, hace que mis pies no pisen tierra firme para ver la realidad que se contrapone a mis ideas revolucionarias. Mi lindo Pinotepa, cuánto daño te hemos hecho al usar tu nombre para enaltecer nuestra soberbia, al rezar en tu corazón mientras atento contra tu vitalidad; tus calles llenas de basura me obligan a despertar de mi siesta vespertina, y el lodo de las calles de mi barrio me detienen cada vez que salgo para que las observe y entienda que aunque las revistan de chapopote y las justifiquen como pavimentación, en lodo se quedan.

¡Oye! ¡Hey Pinotepa! Ya es hora de cambiar los errores anteriores que cualquiera de nosotros pudo haber cometido ¿no creen? Es tiempo de que la base social exija con plena consciencia lo que le corresponde ¿y qué le corresponde? Si hace dos años los amigos verde, azul y amarillo me regalaron muchas despensas y por ahí un colorado hasta me dio cien pesos para que pusiera una tacha a su partido, también le dieron dinero a mi compadre y a mi cuñada. Viéndolo así a lo mejor ya hemos recibido lo que nos tocaba. ¿o no?

Fil. Isidro Ramírez López

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